Puesta de Sol

Si cerramos nuestros ojos y pensamos en una imagen, que esta sea de un paisaje relajante. Y a este escenario, también lo imaginamos... ¿por qué no? que estamos acompañados de nuestra pareja. Seguro que nuestro primer pensamiento, es una puesta de sol. Y si es... ¿ junto al mar?, ¿qué más podemos pedir? .

Es increíble la paz que siento ante la puesta de sol, por muchas veces que la contemple. El sentimiento que me surge, es del niño que descubre algo por primera vez. Sentado a la orilla del mar, tranquilo y sin perder detalle, presencio el ocaso.

Ver como los últimos rayos del día, dan paso a la noche, el Sol a la Luna y a las estrellas. Las siluetas que recortan el horizonte muestran un paisaje distinto, al que hemos disfrutado durante el día, pero es el mismo. Sólo ha cambiado la luz. Es otra magia distinta la que hay en el entorno. Es un momento ideal para realizar bellas fotografías.

Al igual que la luz cambia, el escenario y los personajes también. El bullicio del día, se transforma , en silencio, sólo roto por el sonido del mar, de las olas al romper contra la playa. Las risas de los niños y los juegos, se transforman en paseos románticos, descalzos por la orilla y abrazados a la persona amada.

Como he comentado en otras ocasiones, soy un enamorado del mar. Siempre cuando llego hasta El, le saludo como a un amigo. Recuerdo a ese niño que una vez descubrió su inmensidad. Una sensación que aún no he olvidado, por muchos que son los años que han pasado.